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DIBCO1: Around GTI discussion on WSF |   SobreDIBCO1 | Disc2020ES

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input # 5 / Entrada de Candido   Una agenda más allá del FSM

Participé en el proceso del Foro Social Mundial (FSM) desde principios de 2000, cuando representantes de ocho organizaciones y movimientos sociales brasileños, más tarde llamados Comité Organizador, se reunieron para lanzar el primero en Porto Alegre, Brasil, a fines de enero de 2001. Como director de Ibase, creado a principios de los años ochenta por exiliados que regresaban a Brasil después de recibir la amnistía política, representé a la organización en el comité.

Mi relación con el FSM tiene dos fases: (a) compromiso profundo de 2000 a 2010 y (b) una posición crítica con retirada gradual después de eso. Aprovecho esta experiencia en esta contribución al oportuno debate que brinda el GTN y que provoca Roberto Savio, un amigo personal. [1]

El FSM fue concebido como un espacio abierto que sería una especie de cargador de batería de ciudadanía activa, ahora necesariamente de dimensión planetaria debido a la necesidad de resolver las contradicciones del capitalismo a escala global. El FSM, sin duda, ha hecho una contribución fundamental al surgimiento de una cultura ciudadana mundial, y continúa impulsado hoy por organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales y redes de diferentes partes del mundo. En sus primeros años, ayudó a construir inteligencia política colectiva sobre los problemas, desafíos y posibilidades de las luchas que libramos, cada uno a nuestra manera en todo el planeta. Subrayó nuestra interdependencia cuando compartimos el mismo mundo y el mismo desafío para convertirlo en otro mundo. Por nuestra gran diversidad de identidades y culturas, nuestra pluralidad de puntos de vista y perspectivas, @1 el FSM nos ofreció un espacio abierto, una especie de fábrica para una nueva cultura política, para que nos reconozcamos como humanidad y parte de la misma y única. sistema planetario compartido

El contexto cultural, político y económico del mundo ha cambiado mucho entre 2001 y ahora. Las múltiples crisis recientes son expresiones de las contradicciones y límites a los que el capitalismo globalizado somete a la humanidad y la sostenibilidad de la vida en el planeta. "Otro mundo posible" sigue siendo una necesidad urgente. Sin embargo, como he argumentado en el pasado, @2 necesitamos pensar más allá del FSM, al mismo tiempo que permitimos que continúe la tarea inspiradora para la cual fue fundado. Las reuniones del FSM alimentaron el sueño y la esperanza de muchos en todo el mundo y deberían continuar haciéndolo con las generaciones más jóvenes de hoy.

El FSM como inspiración y como límite

La contribución más obvia del FSM fue como una fuerza galvanizadora que se opuso a Davos y afirmó que "otro mundo es posible". Lo hizo apelando a la capacidad de acción transformadora de los múltiples y diversos sujetos colectivos, organizados en entidades, movimientos, redes, coaliciones y alianzas resistentes para formular propuestas concretas y luchar por su realización. Este potencial estaba latente, pero el FSM lo presentó al invitar a una reflexión compartida sobre las experiencias y el conocimiento que se desarrolla en diversas prácticas, al tiempo que abrió posibilidades para fortalecer el poder de la propia acción en cada contexto. @3 El FSM creó las bases de un nuevo cultura política de transformación precisamente estableciendo el diálogo planetario horizontal como un imperativo, sin antagonismo, racismo o patriarcalismo, diálogo dentro de y entre sujetos colectivos, cada uno reconociéndose mutuamente como sujetos iguales.

El FSM no inventó esta nueva cultura política, pero fue una gran promotor e inductora de ella. Debido a su espacio abierto para la diversidad y la pluralidad, como se define en la Carta de Principios, el FSM,  se ha convertido en un punto de referencia para reuniones e intercambios, sin jerarquías ni prioridades. Los encuentros y debates que engendró, junto con su pluralismo político, lo convirtieron en un punto de referencia para una nueva cultura política planetaria.

Hay que reconocer que esta nueva cultura política entonces  estaba solo emergiendo. Todos aportamos nuestras estructuras mentales, valores y prácticas, con todas sus contradicciones, comenzando por la más simple: @4 confundimos la diversidad con cada uno haciendo lo que quería, dificultando la colaboración y la síntesis, cuando tal colaboración y síntesis es la razón de ser del espacio FSM. @5 De hecho, nos engañamos sobre el tamaño de la tarea por delante con nuestra forma de pensar y actuar cargados de tendencias conceptuales y políticas que socavaron la unidad. No menos importante, a pesar de la presencia masiva de organizaciones y movimientos feministas, @6 el machismo tenaz no le dio a las mujeres relevancia adecuada en los diálogos e intercambios. Además, si bien el idioma y la diversidad cultural son herencias que preservar, @7 no pudimos hacer frente al problema de la traducción, a pesar de las tecnologías de información y comunicación disponibles para nosotros.

A pesar de estos problemas, un gran legado del FSM fue el rescate y la apreciación de la política como el escenario por excelencia para construir otro mundo, y la acción ciudadana como la fuerza de transformación necesaria. @8 En un mundo capitalista cada vez más dominado por grandes politicas y empresas , cada vez más privatizados, cada vez más mercantilizado, cínico y violento, el FSM destacó los principios y valores éticos centrales para pensar sobre la naturaleza, la vida, la economía y el poder.

En resumen, considero tres fortalezas del FSM como inspiración: 1) reavivar la esperanza y renovar un sentido de la historia como producción humana, no como determinación metafísica; 2) cuestionar los supuestos y antagonismos deterministas típicos de la cultura de izquierda; y 3) valorar la energía de la diversidad de los sujetos colectivos. Pero aquí vienen los límites. @9 El espacio abierto del FSM se centró en sus reuniones, un proceso de eventos limitado a la creación de conciencia y voluntad de acción, pero no de hecho actuando para otro mundo. Fue solo un paso, un comienzo fundamental, una puerta abierta, una condición necesaria pero insuficiente para forjar lo nuevo. @10 Para que surjan las fuerzas transformadoras, en mi opinión, debemos tomar un camino más allá del FSM hacia nuevas formas de  accion colectiva.  Los desafíos se vislumbraron y se hicieron eco en el FSM, pero enfrentarlos requiere una nueva creatividad política y cultural. Ahí radica el dilema: como espacio, el FSM ha demostrado ser indispensable. @11 Pero debido al Foro en sí, me sentí empujado a iniciativas más allá de él, a iniciativas del nivel local al nivel global, construyendo las articulaciones necesarias.

Elementos para una agenda más allá del FSM

Repolitizar la relación entre la biosfera, el poder, la cultura y la economía y actuar desde una perspectiva planetaria y cosmopolita es el punto de partida. Como señalé anteriormente, el FSM ha reformulado la política y el poder, dándoles centralidad en lugar de las relaciones de mercado y la economía. En este sentido, señaló el poder de la ciudadanía activa. No dio detalles y, como tal, no definió la agenda o las agendas de lucha. @12 Las agendas de cada movimiento, red, coalición y alianza individual se debatieron y a menudo se actualizaron en los eventos del FSM, pero la responsabilidad de llevarlas a cabo descansaba con quienes los adoptaban y no puede imponerse a todos los participantes del Foro. El tema de la agenda política fue el punto crucial para cada participante, como una expresión de sus derechos y responsabilidades como humanos y ciudadanos. @13 En este sentido, pensé y sigo pensando que es un deber de los participantes del Foro priorizar la agenda política antes y después de los eventos. El “más allá del FSM” al que me refiero encarna este sentido de intervención que se inspira en el FSM, solo como un momento de reflexión e intercambio. @14 Mi prioridad era y es avanzar en las agendas de acción, buscando asociaciones y alianzas que aborden mejor las diferentes situaciones y contextos en los que vivo.

Hoy, creo que el tema central para enfrentar el capitalismo es la búsqueda de alternativas a la "crisis de la civilización" arraigadas en el dominio colonial, racista, patriarcal, eurocéntrico e imperialista sobre los pueblos y la naturaleza, y el crecimiento industrial, el productivismo y el consumismo. debido a la acumulación desenfrenada. La destrucción del medio ambiente y la injusticia social son condiciones intrínsecas del capitalismo, exacerbadas hoy por la globalización al servicio de los grandes conglomerados económicos y financieros bajo la guardia militarizada imperialista. @15 La fractura del tejido social y la ruptura de la resistencia de la biosfera y de la base común para la vida misma estan alcanzando la irreversibilidad. Para que toda la vida sea sostenible, es esencial abordar la injusticia en sus dos lados, tanto social como ambiental: la injusticia eco-social. Ya no es posible limitarse a cambiar las relaciones sociales de producción, hasta ahora el ideal dominante de la izquierda. El ideal de la sociedad industrial —su productivismo y acumulación ilimitada, los bienes y servicios que proporciona, y el estilo de consumo y vida que genera— es parte de la injusticia eco-social que debemos enfrentar. La idea de resistencia a la mercantilización de todo, los bienes comunes y la vida misma, siempre estuvo bien representada en el FSM. Pero esto es solo una parte de la historia. @16 Toda la visión de la civilización humana y su relación con la naturaleza necesita ser reinventada, de lo local a lo mundial, reflejando las posibilidades y los límites de la biosfera y la creatividad cultural, científica y técnica de cada pueblo, en un espíritu de interdependencia y solidaridad planetaria, resiliencia y sostenibilidad.

En consecuencia, un elemento clave de la nueva agenda de cultura política y transformación social es descolonizar y liberar nuestras formas de pensar y actuar. En el contexto de la "crisis de la civilización", necesitamos avanzar un cambio profundo en el poder y las instituciones económicas. @17 Lo que condena a muchos a la pobreza, la exclusión y las múltiples formas de desigualdad y dominación no es la falta de desarrollo, sino el desarrollo en sí mismo. El desarrollo reinventa constantemente el racismo, el patriarcalismo, la xenofobia y la intolerancia de la diversidad social y cultural para dominar y excluir. Hoy, es visible en la territorialización del racismo, las fisuras entre la ciudad y el campo y entre los agronegocios y las formas sociales de producción, y las relaciones entre pueblos y naciones. El viejo patriarcalismo es renovado y naturalizado por el capitalismo, que devalúa, pero se beneficia de, una economía de cuidado, imponiendo un doble día de trabajo para las mujeres.@18 Publicar y politizar esta agenda que surge de las luchas de las mujeres es una tarea de ciudadanía en su conjunto, desde lo local a lo global.

Es esencial pensar en el proceso necesario de las interrupciones acumulativas. La pregunta que surge es política y ética al mismo tiempo que la legitimidad de la lucha por el cambio desafía la legalidad y la continuidad institucional. @19 El marco institucional que nos limita a los Estados-nación demuestra ser un escenario necesario pero extremadamente limitado para la lucha. para "otro mundo posible" o, como prefiero decir hoy, "otra civilización posible". Nos enfrentamos a la inevitable necesidad de oponer la ciudadanía y la soberanía de los pueblos a los estados nacionales y su monopolio en la esfera de poder mundial. Esto implica asumir el marco legal existente que niega la igualdad de derechos y destruye los fundamentos naturales de la vida. @20 Esto es fundamental: la ciudadanía no es un regalo de los estados, sino una condición política de ser parte de la humanidad. Por lo tanto, la agenda de repensar y refundar el estado surge necesariamente como una expresión política del poder que le confieren las "ciudadanías" iguales y diversas.

Otro elemento esencial de la agenda: la nueva arquitectura del poder. La interdependencia entre los pueblos y las naciones en el capitalismo globalizado de hoy es, sin duda, un problema importante creado por la dominación imperialista de los países desarrollados, particularmente los Estados Unidos. Pero esta interdependencia conlleva una contradicción que ofrece una gran posibilidad para el futuro. El FSM en sí, como un espacio para una ciudadanía planetaria emergente, no hubiera sido posible si no fuera por la conciencia difusa de que somos parte de la misma humanidad y compartimos el mismo planeta. @21 Sin embargo, la interdependencia no puede teorizarse ni practicarse sin una ubicación concreta, donde tenemos lo esencial de nuestras vidas y relaciones con los demás y hacemos nuestros intercambios con la biosfera. Las preguntas candentes se convierten en: ¿Cómo podemos repensar este lugar fundamental, en términos de poder, cultura y economía, desde una perspectiva de ciudadano planetario? ¿Y cómo podemos repensar el poder mundial desde una perspectiva de ciudadanía territorializada?


Una posible forma de actuar más allá del FSM

@22 Aquí quiero llamar la atención sobre la necesidad fundamental de reorganizar nuestras fuerzas para impulsar la agenda ciudadana de construir otra civilización. Una vez más, el FSM sirve de inspiración, pero carece de la capacidad para emprender la difícil y continua tarea de organizar los temas colectivos de ciudadanía, evaluar las oportunidades políticas y librar la lucha. Es solo en la actuación que uno hace la acción (es caminando, que hace el camino), @23 pero el proceso comienza acordando una agenda amplia. Esto ya apunta más allá del FSM a la pluralidad de la ciudadanía como un posible bloque histórico para constituir e instituir la ciudadanía planetaria de otro mundo. @23 La pregunta difícil es cómo construir coaliciones de sujetos colectivos con un máximo común denominador (para contrarrestar el mínimo  común denominador de ciertas declaraciones genéricas y vacías) para la agenda y la base de la acción política. Hablo aquí de coaliciones entre movimientos y organizaciones de ciudadanía activa. El éxito relativo de las campañas temáticas existentes y las redes de construcción colectiva del pensamiento estratégico, como el GTN, es un punto de partida. Sin embargo, necesitamos acciones diferenciadas y coordinadas de una ciudadanía militante que impugne las estructuras y poderes existentes en las situaciones más diversas. @24 Nos faltan, pero necesitamos, redes y organizaciones efectivas dentro del movimiento, que vinculen lo local con el mundo y adopten una visión estratégica de toda la tarea política. Esto requiere un trabajo paciente de construir lo que potencialmente serán los nuevos sujetos políticos colectivos, necesariamente plurales y diversos, con sus propias identidades y propuestas, de lo local a lo global, articulándose para tener el poder de transformar el mundo.

@25 El tema crucial de la acción es la construcción política y cultural de las contrahegemonías en sociedades locales concretas y en varios niveles de influencia política, hasta las estructuras de poder mundial. ¿Cómo podemos hacer esto sin faccionalismo, como es la tradición de la izquierda? @26 Me parece que el secreto radica en construir coaliciones abiertas, que comienzan reconociendo a los demás como indispensables, y que dependen de honrar e implementar su agenda. @27 De esta manera, se puede generar un consenso activo, que es fundamental en la lucha por una nueva hegemonía. Es crucial reconocer que, para la ciudadanía, el espacio público para el debate y la libre circulación de ideas es siempre la prioridad. La comunicación y las campañas públicas son, por lo tanto, un ámbito prioritario para el curso de acción necesario.

Cândido Grzybowski

[1] Para más reflexiones sobre este tema, vea mi texto, presentado en el evento de 10 años del Foro Social Mundial Temático en Porto Alegre, titulado “Más allá del Foro Social Mundial (  http://www.ipsnews.net/2010/01/beyond-the-world-social-forum/). Este fue también el momento en el que estaba más involucrado en nuevas iniciativas, por ejemplo, la conferencia en Ibase sobre nuevos paradigmas en 2012, para la cual escribí "Fundamentos para la biocivilización" ( http://www2.world-governance.org/article796.html).