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ES / EN / FR / PT propuesta de preconvocatoria venida de un grupo GTCI articulacion formado en porto alegre - con iniciativa de 8 personas - en relectura colectiva

 


¡OTRO MUNDO ES POSIBLE, URGENTE Y NECESARIO!

PRE – CONVOCATORIA A LOS MOVIMIENTOS, REDES Y ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL INTERNACIONAL HACIA EL FSM2021 EN MÉXICO

 

Otro mundo emerge de la nueva pandemia de coronavirus. Sabemos que podría ser un mundo peor. La actual transición capitalista ha permitido un aumento en el pensamiento fascista con el surgimiento de la extrema derecha en varios países. En los últimos años, el mundo asistió perplejo a la aparición de guerras, golpes de estado, colapsos en las economías regionales, ruptura de frágiles límites democráticos con la retirada de los derechos sociales, migraciones forzadas, aumento de la violencia y la profundización de la crisis climática, poniendo en riesgo las condiciones de vida en nuestro planeta. El resultado es un ambiente donde la xenofobia, el origen étnico, el feminicidio, el racismo, la homofobia y el ecocidio son tolerados y propagados por manipulaciones tecnológicas, transformando el odio en un arma política de control y poder.

La pandemia puede no haber sido un resultado directo del sistema capitalista, pero ha mostrado sus límites. Un mundo centrado en las ganancias nunca estuvo preparado para enfrentar tragedias humanas. Por lo tanto, es posible que el mundo post pandémico tenga menos libertad, menos democracia, un mayor control sobre la vida de las personas, profundice el sistema de explotación económica y social, acelere la degradación ambiental causando eventos climáticos extremos, la consolidación de movimientos de extrema derecha, creciente exclusión social y desigualdades.

Pero la pandemia también expuso los límites del sistema capitalista. Con medidas de aislamiento social que paralizan las actividades económicas, todos se dieron cuenta de que son los trabajadores y no el capital los que impulsan la economía. El capitalismo estaba desnudo ante toda la humanidad. La libre empresa tuvo que ceder paso al estado y sus políticas públicas. El individualismo y las ganancias tuvieron que dar paso a la solidaridad y el interés colectivo. Las estructuras frágiles y desacreditadas de la gobernanza global como la OMS fueron las primeras en hacer sonar la alarma, no los institutos empresariales. Y, de inmediato, el espíritu de solidaridad se apoderó de todo el planeta a través de la adhesión voluntaria al aislamiento social, acciones para satisfacer las necesidades básicas de los más vulnerables, la adopción de ingresos básicos, la creación de refugios temporales, la garantía de empleo y Fortalecimiento de los sistemas de salud. Los estados nacionales fueron presionados para tomar la iniciativa en la gestión de crisis al subordinar los intereses del mercado a la defensa y protección de la vida. La solidaridad se ha convertido en nuestro remedio más efectivo contra los efectos de la pandemia.

Por todas estas razones, el mundo que surgirá de esta crisis global también puede ser más solidario, más justo y sostenible. Un mundo basado en el sentimiento de comunidad universal, donde las mujeres, los hombres y la naturaleza son el centro de la vida. Donde la tecnología, la economía y la política están al servicio del bien común. Un mundo con decrecimiento económico, orientado a las mejoras cualitativas y no sólo al crecimiento cuantitativo, que promueve la recuperación de biomas degradados, combate el hambre con alimentos orgánicos y agroecológicos, fortalece los ambientes democráticos, protege los derechos humanos, sociales y culturales. Un mundo liderado en conjunto con los movimientos de mujeres, sin racismo, sin xenofobia, sin autoritarismo y sin violencia.

Es posible soñar con esto. Con las crisis, crece la preocupación de las personas por el medio ambiente y los efectos de la desigualdad en sus propias vidas. La pandemia del corona virus expandió este sentimiento a escala global y abrió una ventana de oportunidad para la defensa de alternativas viables.

Hay muchas iniciativas que intentan canalizar esta insatisfacción a un movimiento internacionalista capaz de superar el capitalismo. Pero fueron los procesos de articulación en torno a los primeros foros sociales mundiales los que se acercaron más a esta utopía. Quizás porque eran espacios plurales, autogestionados y democráticos. Por haber involucrado movimientos sociales de todos los segmentos y continentes a favor de agendas comunes. El Foro Social siempre ha sido un reflejo de las preguntas, críticas y debilidades de los movimientos de resistencia en el mundo. Por eso, experimentó altibajos de acuerdo con nuestra propia capacidad de articulación. A pesar de esto, nunca dejó de realizar ediciones temáticas, regionales y globales, siempre garantizando la metodología de autogestión, practicando la unidad en la diversidad y difundiendo agendas sociales, ambientales y anticapitalistas. El FSM nunca abandonó el sueño de construir otro mundo posible, un sueño que hoy es aún más urgente y necesario.

Por esta razón, las organizaciones y los movimientos sociales que conforman el Consejo Internacional del FSM invitan a movimientos, redes, plataformas y organizaciones de la sociedad civil, intelectuales, científicos, líderes juveniles y comunitarios de todos los rincones del mundo a participar en una reunión internacional virtual que se lleva a cabo el 15 de junio de 2020 a las 13 UTC (Universal Time Cordinated) a través de la plataforma (por definir). El objetivo de este momento virtual será reflexionar sobre los efectos de la pandemia en las transformaciones mundiales y la posibilidad de articular las luchas e iniciativas destinadas a construir agendas comunes desde ahora hacia la realización de una edición mundial del FSM en 2021 en la Ciudad de México.

La participación de todas, todos y todes será fundamental para transformar este momento planetario de aprensión y miedo, en una posibilidad real de la construcción de otro mundo posible.

Información, preguntas y sugerencias por correo electrónico (por definir)

Consejo Internacional del FSM




ANOTHER WORLD IS POSSIBLE, URGENT AND NECESSARY!

PRE - CALL FOR MOVEMENTS, NETWORKS AND ORGANIZATIONS OF THE INTERNATIONAL CIVIL SOCIETY TOWARD THE WSF2021 IN MEXICO

 

Another world emerges from the new coronavirus pandemic. We know it could be a worse world. The current capitalist transition has allowed an increase in fascist thought with the rise of the extreme right in various countries. In recent years, the world witnessed perplexed the appearance of wars, coups, collapses in regional economies, breaking of fragile democratic limits with the withdrawal of social rights, forced migrations, increased violence and the deepening of the climate crisis, putting at risk the living conditions on our planet. The result is an environment where xenophobia, ethnicity, femicide, racism, homophobia, and ecocide are tolerated and propagated by technological manipulations, transforming hatred into a political weapon of control and power.

The pandemic may not have been a direct result of the capitalist system, but it has shown its limits. A world focused on profit was never prepared to face human tragedies. Therefore, the post pandemic world may have less freedom, less democracy, greater control over people's lives, deepen the system of economic and social exploitation, accelerate environmental degradation causing extreme weather events, the consolidation of movements of the extreme right, increasing social exclusion and inequalities.

But the pandemic also exposed the limits of the capitalist system. With social isolation measures that paralyze economic activities, everyone realized that it is workers and not capital that are driving the economy. Capitalism was naked before all humanity. Free enterprise had to give way to the state and its public policies. Individualism and profits had to give way to solidarity and collective interest. Fragile and discredited structures of global governance such as WHO were the first to sound the alarm, not business institutes. And, immediately, the spirit of solidarity took over the entire planet through voluntary adherence to social isolation, actions to meet the basic needs of the most vulnerable, the adoption of basic income, the creation of temporary shelters, the guarantee of employment and Strengthening of health systems. Nation states were pressured to take the initiative in crisis management by subordinating the interests of the market to the defense and protection of life. Solidarity has become our most effective remedy against the effects of the pandemic.

For all these reasons, the world that will emerge from this global crisis can also be more caring, fairer and more sustainable. A world based on the feeling of universal community, where women, men and nature are the center of life. Where technology, economy and politics are at the service of the common good. A world with economic decline, oriented to qualitative improvements and not only to quantitative growth, which promotes the recovery of degraded biomes, fights hunger with organic and agro-ecological food, strengthens democratic environments, protects human, social and cultural rights. A world led together with women's movements, without racism, without xenophobia, without authoritarianism and without violence.

It is possible to dream about this. With crises, people's concern for the environment and the effects of inequality on their own lives grow. The coronavirus pandemic expanded this sentiment on a global scale and opened a window of opportunity for advocating viable alternatives.

There are many initiatives that try to channel this dissatisfaction to an internationalist movement capable of overcoming capitalism. But it was the articulation processes around the first world social forums that came closest to this utopia. Perhaps because they were plural, self-managed and democratic spaces. For having involved social movements from all segments and continents in favor of common agendas. The Social Forum has always been a reflection of the questions, criticisms and weaknesses of the resistance movements in the world. So he experienced ups and downs according to our own articulation ability. Despite this, it never stopped making thematic, regional and global editions, always guaranteeing the methodology of self-management, practicing unity in diversity and spreading social, environmental and anti-capitalist agendas. The WSF never abandoned the dream of building another possible world, a dream that today is even more urgent and necessary.

For this reason, the organizations and social movements that make up the International Council of the WSF, invite civil society movements, networks, platforms and organizations, intellectuals, scientists, youth and community leaders from all corners of the world to participate in a meeting virtual international that takes place on June 15, 2020, at 13 UTC (Universal Time Cordinated) through the platform (to define) The objective of this virtual moment will be to reflect on the effects of the pandemic on global transformations and the possibility of articulating the struggles and initiatives aimed at building common agendas from now towards the realization of a world edition of the WSF in 2021 in Mexico City. .

The participation of all, all and all will be essential to transform this planetary moment of apprehension and fear, into a real possibility of building another possible world.

Information, questions and suggestions by email (to define)

WSF International Council








UN AUTRE MONDE EST POSSIBLE, URGENT ET NÉCESSAIRE!

PRÉ-APPEL À MOUVEMENTS, RÉSEAUX ET ORGANISATIONS DE LA SOCIÉTÉ CIVILE INTERNATIONALE VERS LE FSM2021 AU MEXIQUE

 

Un autre monde émerge de la nouvelle pandémie de coronavirus. Nous savons que ce pourrait être un monde pire. La transition capitaliste actuelle a permis une montée de la pensée fasciste avec la montée de l'extrême droite dans différents pays. Ces dernières années, le monde a été témoin de la perplexité de l'apparition des guerres, des coups d'État, des effondrements des économies régionales, de la rupture des limites démocratiques fragiles avec le retrait des droits sociaux, des migrations forcées, de la violence accrue et de l'approfondissement de la crise climatique, mettant en danger les conditions de vie sur notre planète. Le résultat est un environnement où la xénophobie, l'ethnicité, le fémicide, le racisme, l'homophobie et l'écocide sont tolérés et propagés par des manipulations technologiques, transformant la haine en une arme politique de contrôle et de pouvoir.

La pandémie n'a peut-être pas été une conséquence directe du système capitaliste, mais elle a montré ses limites. Un monde axé sur le profit n'a jamais été préparé à affronter des tragédies humaines. Par conséquent, le monde post-pandémique peut avoir moins de liberté, moins de démocratie, un plus grand contrôle sur la vie des gens, approfondir le système d'exploitation économique et sociale, accélérer la dégradation de l'environnement provoquant des événements météorologiques extrêmes, la consolidation des mouvements l'extrême droite, accroissant l'exclusion sociale et les inégalités.

Mais la pandémie a également révélé les limites du système capitaliste. Avec des mesures d'isolement social qui paralysent les activités économiques, tout le monde s'est rendu compte que ce sont les travailleurs et non le capital qui dirigent l'économie. Le capitalisme était nu devant toute l'humanité. La libre entreprise doit céder le pas à l'Etat et à ses politiques publiques. L'individualisme et le profit devaient céder la place à la solidarité et à l'intérêt collectif. Les structures fragiles et discréditées de la gouvernance mondiale telles que l'OMS ont été les premières à tirer la sonnette d'alarme, et non les instituts de commerce. Et, aussitôt, l'esprit de solidarité a envahi toute la planète à travers l'adhésion volontaire à l'isolement social, des actions pour répondre aux besoins fondamentaux des plus vulnérables, l'adoption du revenu de base, la création d'abris temporaires, la garantie de l'emploi et le renforcement des systèmes de santé. Les États-nations ont été contraints de prendre l'initiative de la gestion des crises en subordonnant les intérêts du marché à la défense et à la protection de la vie. La solidarité est devenue notre remède le plus efficace contre les effets de la pandémie.

Pour toutes ces raisons, le monde qui sortira de cette crise mondiale peut également être plus attentionné, plus juste et plus durable. Un monde basé sur le sentiment d'une communauté universelle, où les femmes, les hommes et la nature sont au centre de la vie. Là où la technologie, l'économie et la politique sont au service du bien commun. Un monde en déclin économique, orienté vers les améliorations qualitatives et pas seulement vers la croissance quantitative, qui favorise la récupération des biomes dégradés, combat la faim avec des aliments biologiques et agro-écologiques, renforce les environnements démocratiques, protège les droits humains, sociaux et culturels. Un monde mené avec des mouvements de femmes, sans racisme, sans xénophobie, sans autoritarisme et sans violence.

Il est possible d'en rêver. Avec les crises, les gens se préoccupent de l'environnement et des effets des inégalités sur leur propre vie. La pandémie de coronavirus a élargi ce sentiment à l'échelle mondiale et a ouvert une fenêtre d'opportunité pour préconiser des alternatives viables.

De nombreuses initiatives tentent de canaliser cette insatisfaction vers un mouvement internationaliste capable de vaincre le capitalisme. Mais ce sont les processus d'articulation autour des premiers forums sociaux mondiaux qui se sont le plus rapprochés de cette utopie. Peut-être parce qu'il s'agissait d'espaces pluriels, autogérés et démocratiques. Pour avoir impliqué des mouvements sociaux de tous les segments et de tous les continents en faveur de programmes communs. Le Forum social a toujours été le reflet des questions, critiques et faiblesses des mouvements de résistance dans le monde. Il a donc connu des hauts et des bas selon notre propre capacité d'articulation. Malgré cela, il n'a cessé de faire des éditions thématiques, régionales et mondiales, garantissant toujours la méthodologie de l'autogestion, pratiquant l'unité dans la diversité et diffusant les agendas sociaux, environnementaux et anticapitalistes. Le FSM n'a jamais abandonné le rêve de construire un autre monde possible, un rêve aujourd'hui encore plus urgent et nécessaire.

Pour cette raison, les organisations et mouvements sociaux qui composent le Conseil Internationalfin du FSM invitent les mouvements de la société civile, les réseaux, les plateformes et les organisations, les intellectuels, les scientifiques, les jeunes et les dirigeants communautaires des quatre coins du monde à participer à une réunion internationale virtuelle qui se tiendra le 15 juin 2020 pour 13 UTC (Universal Time Cordinated) via la plateforme (à définir). L'objectif de ce moment virtuel sera de réfléchir sur les effets de la pandémie sur les transformations mondiales et la possibilité d'articuler les luttes et les initiatives visant à construire des agendas communs dès maintenant vers la réalisation d'une édition mondiale du FSM en 2021 à Mexico. .

La participation de tous, de tous et de tous sera essentielle pour transformer ce moment planétaire d'appréhension et de peur, en une réelle possibilité de construire un autre monde possible.

Informations, questions et suggestions par email (à définir)

Conseil international du FSM





UM OUTRO MUNDO É POSSÍVEL, URGENTE E NECESSÁRIO!

PRÉ-CONVOCATÓRIA AOS MOVIMENTOS, REDES E ORGANIZAÇÕES DA SOCIEDADE CIVIL INTERNACIONAL RUMO AO FSM2021 NO MÉXICO

 

Um outro mundo está emergindo da pandemia do novo coronavírus. Sabemos que poderá ser um mundo pior. A atual transição capitalista permitiu o aumento de pensamentos fascistas com a ascensão da extrema direita em vários países. Nos últimos anos o mundo assistiu perplexo a eclosão de guerras, golpes de estado, colapsos nas economias regionais, rompimento dos frágeis limites democráticos com a retirada de direitos sociais, migrações forçadas, aumento da violência e o aprofundamento da crise climática pondo em risco as condições de vida no planeta. O resultado é um ambiente onde a xenofobia, o etnicídio, o feminicídio, o racismo, a homofobia e o ecocídio são tolerados e propagados por manipulações tecnológicas, transformando o ódio em arma política de controle e poder.

A pandemia pode não ter sido fruto direto do sistema capitalista, mas demonstrou seus limites. Um mundo centrado no lucro nunca esteve preparado para enfrentar as tragédias humanas. Por isso, é possível que o mundo pós pandemia tenha menos liberdade, menos democracia, maior controle sobre a vida das pessoas, aprofundamento do sistema de exploração econômica e social, aceleração da degradação ambiental provocando eventos climáticos extremos, consolidação dos movimentos de extrema direita, aumento da exclusão social e das desigualdades.

Mas a pandemia também expôs os limites do sistema capitalista. Com as medidas de isolamento social paralisando as atividades econômicas todos se deram conta que são os trabalhadores e trabalhadoras e não o capital que movem a economia. O capitalismo ficou nú perante toda a humanidade. A livre iniciativa precisou dar lugar ao estado e suas políticas públicas. O individualismo e o lucro tiveram que dar lugar à solidariedade e ao interesse coletivo. As frágeis e desacreditadas estruturas de governança global como a OMS foram as primeiras a soar o alarme, não os institutos empresariais. E, de imediato, o espírito solidário tomou conta de todo o Planeta através da adesão voluntária ao isolamento social, das ações para atendimento das necessidades básicas dos mais vulneráveis, da adoção da renda básica, da criação de abrigos temporários, da garantia de emprego e do fortalecimento dos sistemas de saúde. Os estados nacionais foram pressionados a assumirem a liderança na gestão da crise subordinando os interesses de mercado à defesa e proteção da vida. A solidariedade tornou-se o nosso remédio mais eficaz contra os efeitos da pandemia.

Por tudo isso, o mundo que emergirá desta crise mundial também poderá ser mais solidário, mais justo e sustentável. Um mundo baseado no sentimento de comunidade universal, onde mulheres, homens e a natureza sejam o centro da vida. Onde tecnologia, economia e política estejam a serviço do bem comum. Um mundo com decrescimento econômico – voltado para melhorias qualitativas e não apenas para o crescimento quantitativo -, que promova a recuperação dos biomas degradados, que combata a fome com alimentos orgânicos e agroecológicos, que fortaleça os ambientes democráticos, que proteja os direitos humanos, sociais e culturais. Um mundo liderado em conjunto com os movimentos de mulheres, sem racismo, sem xenofobia, sem autoritarismos e sem violência.

É possível sonhar com isto. Com as crises cresce a preocupação das pessoas com o meio ambiente e com os efeitos das desigualdade em suas próprias vidas. A pandemia do corona vírus ampliou esse sentimento em escala planetária e abriu uma janela de oportunidade para a defesa de alternativas viáveis.

Muitas são as iniciativas que tentam canalizar essa insatisfação para um movimento internacionalista capaz de superar o capitalismo. Mas foram os processos de articulação em torno dos primeiros Fóruns Sociais Mundiais que mais se aproximaram dessa utopia. Talvez por terem sido espaços plurais, autogestionados e democráticos. Por terem envolvido movimentos sociais de todos os segmentos e continentes em prol de agendas comuns. O Fórum Social sempre foi reflexo das interrogações, críticas, fragilidades dos próprios movimentos de resistência no mundo. Por isso, viveu altos e baixos de acordo com a nossa própria capacidade de articulação. Apesar disso, nunca deixou de realizar edições temáticas, regionais e mundiais, sempre garantindo a metodologia da autogestão, praticando a unidade na diversidade e difundindo pautas sociais, ambientais e anticapitalistas. O FSM nunca abandonou o sonho da construção de outro mundo possível, sonho que hoje se torna ainda mais urgente e necessário.

Por isso, as organizações e movimentos sociais que compõem o Conselho Internacional do FSM convidam os movimentos, redes, plataformas e organizações da sociedade civil, intelectuais, cientistas, juventudes e lideranças comunitárias de todos os cantos do mundo para participarem de uma Reunião Internacional Virtual que se realizará Dia 15 de Junho de 2020 às 13 UTC (Universal Time Cordinated) através da plataforma (por definir). O objetivo deste momento virtual será de refletirmos sobre os efeitos da pandemia nas transformações mundiais e a possibilidade de articulação das lutas e iniciativas visando a construção de agendas comuns desde agora rumo à realização de uma edição mundial do FSM em 2021 na Cidade do México.

A participação de todas e todos será fundamental para transformamos este momento planetário de apreensão e medo, numa possibilidade real da construção de um outro mundo possível.

Informações, dúvidas e sugestões pelo e-mail (por definir)

 

Conselho Internacional do FSM