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last modified April 17, 2013 by facilitfsm


input from carlos riera

Sobre el futuro del FSM

 

Creo que el FSM ha completado ya un ciclo. Gran parte de sus protestas y de sus propuestas se han demostrado acertadas, así como buena parte de sus previsiones, cuestionamientos y alternativas. Ha sido un movimiento profético, generativo e innovador, bien enraizado en su tiempo y anticipador de nuevas visiones, retos y otros mundos posibles. Ha sido una gran red mundial antes de las redes sociales.

 

El FSM ha sido matriz de debates, confluencias, controversias, articulaciones, redes, ideas, proyectos, campañas y movilizaciones, y un gran gestador de utopías, luchas y esperanzas. Un gran contenedor vivo, orgánico, en el que una gran pluralidad de actores han podido dialogar en plano de igualdad, sin jerarquías, compartiendo y construyendo temas comunes, más allá de los propios, generando consciencia planetaria.

 

Frente a la globalización capitalista el FSM ha planteado la mundialización de las alternativas, inaugurando una nueva era de lo glocal, articulando diversidades con retos y éticas a escala planetaria.

 

Son grandes logros y un buen legado, que debemos reconocer, valorar, respetar, agradecer y celebrar.

 

A la vez y mientrastanto el mundo cambió, y el FSM fue uno de los actores de ese cambio. El capitalismo consolidó su crisis a la vez que su violencia, acelerando e intensificando un proceso de crisis civilizatoria. América Latina alumbró nuevos liderazgos políticos que eran también expresión de las luchas y alternativas que el FSM contribuyó a reforzar. Pero también sus contradicciones y los actores que, dialécticamente, a ellas se confrontan, como es el caso del renovado movimiento de los pueblos originarios y el buen vivir frente al neodesarrollismo extractivista y sus déficits democráticos. Las luchas por la democracia y la justicia tomaron mayor fuerza en el Mediterráneo, y nuevos movimientos sociales para radicalizar la democracia ocuparon el espacio público en Europa y Estados Unidos. Nuevas redes y articulaciones se forman en todo el planeta augurando un nuevo ciclo de luchas y alternativas, que son a la vez locales y partícipes de un proceso de cambio global.

 

Derechos colectivos, igualdad en la diversidad, decrecimiento, bienes comunes, justicia social y ambiental, democracia radical, defensa y cuidado de la madre tierra, superación del patriarcado, recuperación social del espacio público y desmercantilización de la vida, economía social y solidaria, son, entre otras, las dimensiones de una nueva era de luchas y alternativas, que están movilizando la deconstrucción de las viejas culturas políticas y el nacimiento de las nuevas.

 

El FSM cumplió una generosa labor contribuyendo a la gestación y al parto de esta nueva potencialidad, y a la vez quedó superado por ella.

 

Cómo podemos facilitar ahora que el alma y la labor creativa del FSM sigan vivas?

 

Para mí la respuesta es clara: dejándolas en libertad. Permitiendo que el FSM sea un espíritu libre, que se reinvente y se recree, en las luchas, movimientos y alternativas locales, y en nuevas articulaciones globales, para las cuales el FSM creó el terreno y la cultura.

 

Coincido en este punto con Chico en que la autodisolución del CI sería un paso positivo en ese sentido. Se trataría de un verdadero acto de amor. Liberar al FSM de una instancia que ya forma más parte del pasado que del futuro, que no expresa ni representa a los nuevos movimientos y que es ineficiente para el presente. El CI cumplió su función, pero se agotó, y si persiste en sostenerse puede convertirse en un lastre para el espíritu del FSM.

 

Sin el CI el FSM se transformaría en un proceso de foros locales, regionales y temáticos, que serían expresión de los nuevos actores y de las nuevas luchas, abriendo la posibilidad de nuevas articulaciones y espacios a escala global. Muchos movimientos y redes pueden contribuir a esa nueva dinámica, en su activación, en la construcción de conocimiento y en los procesos de articulación, siendo polos múltiples de este nuevo acontecer, en procesos de trabajo paralelos, confluyentes y cooperativos.

 

Tal vez, un pequeño grupo de personas, nombradas por el CI antes de su disolución, podrían recibir la confianza y el mandato de velar por la calidad, la transparencia y la democracia de este nuevo devenir del FSM, de manera que éste se mantenga fiel a su espíritu originario y a la vez abierto a lo nuevo, y de contribuir a la comunicación y a la circulación del conocimiento entre las iniciativas que vayan surgiendo.

 

En cuanto a la propuesta de Chico sobre la creación de un nuevo movimiento político mundial, me parece una buena y sugerente provocación, probablemente necesaria y oportuna, aunque yo la separaría del debate sobre el FSM y de su futuro, puesto que el espíritu del FSM, tome las formas que tome, debería seguir siendo un espacio abierto al debate, al encuentro y al intercambio sobre múltiples procesos, actores e iniciativas, sin interdependencia necesaria con ningún actor político.

 

En todo caso, me agradaría y me parecería positivo que este nuevo movimiento político, caso de existir, se comprometiera como uno de los focos promotores de esta nueva dinámica para el FSM.

 

En mi opinión un nuevo movimiento político mundial, aunque pudiera recibir el apoyo de todo tipo de organizaciones sociales y políticas, debería estar formado por personas, que, organizadas a escala global y no nacional o estatal, facilitaran la articulación de las luchas y alternativas locales en una agenda política planetaria, focalizada en: superación del capitalismo y del patriarcado, radicalidad democràtica, justicia social y ambiental, bienes comunes, gobernanza global, derechos colectivos de los pueblos, derechos humanos y defensa de la Tierra.

 

Su origen, o más bien el del debate que le debiera preceder, podría surgir de un llamado de algunas y algunos actores sociales y políticos locales e internacionales, que estén ya encarnando el espíritu y los valores del futuro movimiento.

 

Barcelona, 14 de marzo de 2013

 

Carles Riera