• Communication commission discussion

Re: Chile: Un momento de luz_ Martin Hopenhaym: Entre Madrugar y Despertar

de parte de Azril Bacal on 2019-11-09 10:41
Gracias, Luis Alberto!
Genial!
Abrazos polares
/Azril

On Sat, Nov 2, 2019 at 5:31 PM Luis Alberto Padilla Menendez <
luisalberto.luispa@...> wrote:

>
>
> [image: Autora de foto viral de una bailarina frente a carros de
> Carabineros:]María Paz Morales
>
>    - Nacional <https://www.mega.cl/noticias/nacional/>
>
> Autora de foto viral de una bailarina frente a carros de Carabineros: "Fue
> un momento de luz"
>
>    - Por Patricia Pineda
>    -  29 de Octubre de 2019
>
>
>    -
>    <https://www.facebook.com/share.php?u=https://www.mega.cl/noticias/nacional/280514-maria-paz-morales-fotografa-bailarina-manifestacion-marcha-santiago.html&title=Habla%20autora%20de%20foto%20viral%20de%20una%20bailarina%20frente%20a%20carros%20de%20Carabineros>
>
>    -
>    <https://twitter.com/share?url=https://www.mega.cl/noticias/nacional/280514-maria-paz-morales-fotografa-bailarina-manifestacion-marcha-santiago.html>
>
>
>
>    - Cómo se forjó el estallido social que produjo un cambio de gabinete
>    <https://www.mega.cl/noticias/nacional/280476-cambio-de-gabinete-estallido-social-chile-protestas-marcha-pinera.html?utm_source=meganoticias.cl&utm_medium=Autora-de-foto-viral-de-una-bailarina-frente-a-carros-de-Carabineros:-%27Fue-un-momento-de-luz%27&utm_campaign=mn_relacionados&utm_content=C%C3%B3mo-se-forj%C3%B3-el-estallido-social-que-produjo-un-cambio-de-gabinete>
>
> "Fue un segundo de tranquilidad logrado por el arte", así describe la
> fotógrafa *María Paz Morales*, la imagen que capturó el pasado viernes 25
> de octubre durante la gran marcha realizada en Santiago, cuyo punto de
> encuentro fue Plaza Italia y, donde chilenos y chilenas al unísono clamaron
> por mejores condiciones sociales y una vida más justa.
>
> Morales con modestia -y aún asimilando el hecho que su imagen esté
> recorriendo el mundo y se haya viralizado en menos de un día- narró como
> fueron esos instantes en los cuales junto a su esposo Oscar Seguel
> Mangiola, decidió hacer escuchar su voz, pero a través de aquello que los
> mueve a ambos: La fotografía.
>
> La imagen de *Catalina Duarte*, bailarina del Teatro Municipal de
> Santiago y protagonista del cuadro, es potente. Sin exageración, ni
> juicios, ni posturas, es una fotografía que impacta, que mueve las
> emociones, estremece y hasta genera una reflexión sobre la situación que
> actualmente vive nuestro país
>
> Morales junto con Seguel Mangiola delinearon el momento como "un minuto
> de tranquilidad". Fue un instante donde no hubo bandos. "El encapuchado
> soltó sus piedras y el guanaco se detuvo", afirmó la fotógrafa, ganadora
> del *Sony World Photography Awards* en su edición de este 2019 (*ver nota
> <https://www.mega.cl/noticias/reportajes/259112-chilena-gana-premio-fotografia-londres-inglaterra-sony-world-photography-awards.html>*
> ).
>
> "No te puedo negar que estábamos nerviosos. Sobretodo cuando nos
> desplazamos a La Moneda, porque en cualquier momento las fuerzas policiales
> iban a reaccionar frente a aquellos que les estaban tirando piedra o los
> que intentaban tumbar las rejas (...). Fue un momento súper tenso, pero
> agradecemos el respeto que todos tuvieron (...). Tanto las fuerzas
> policiales como los manifestantes", señaló Morales.
>
> Danza en la urbe
>
> El pasado viernes 25 de octubre las emociones estaban a flor de piel. Las
> calles de la ciudad desbordaban de gente removida y cansada de tantas
> vejaciones. El miedo fue opacado por el ímpetu y las ganas de luchar por
> una sociedad más justa e igualitaria. Y allí, justo en ese escenario
> María Paz y Oscar acordaron realizar una sesión fotográfica para reflejar
> la realidad social de ese día, enmarcada en su proyecto *Danza en la Urbe*,
> a través del cual buscan democratizar el arte. Además, y como el resto de
> los asistentes, fueron a manifestarse y aportar su grano de arena a este
> gran movimiento social.
>
> María Paz aseguró que* no fue un momento fácil*. Estaban concentrados en
> capturar las imágenes que se pudieran generar en esa circunstancia, pero
> también se protegían de los gases lacrimógenos y de las escenas de
> violencia.
>
> "Oscar y yo nos reunimos con Catalina el viernes (25 de octubre). Al
> llegar al centro quedamos impactados por la cantidad de personas que habían
> en la marcha; por lo que iba a ser súper difícil el trabajo (...). Nos
> juntamos a una cuadra de la Calle Santa Rosa con Alameda y nos dimos cuenta
> que en ese lugar podíamos hacer la foto porque había menos gente y estaba
> todo el contingente policial", dijo la fotógrafa, a lo que Oscar le agregó
> "cuando las fuerzas policiales nos vieron, su reacción fue avanzar, pero
> cuando colocamos a Catalina frente a ellos, *fue un momento de luz*, en
> el que retrocedieron".
>
> *Fue precisamente en ese instante en el que María Paz captura a Catalina
> tras pedirle el salto gran- jete*. "Ahí, tomé la foto", declaró.
>
> Después de esta captura, la pareja de fotógrafos continuó con su trabajo.
> "Realizamos varias fotos. Hay una donde Catalina sale retratada con
> personas que alzaban una bandera Mapuche, haciendo referencia a la lucha de
> este pueblo; hay otra foto donde sale frente a la multitud con un pañuelo
> tapando su boca porque se protegía de los gases (...)", describió la
> fotógrafa.
>
> Posteriormente, al llegar a casa y una vez revelada cada una de* las
> fotografías*, ambos artistas se dieron cuenta del poder de cada una de
> las imágenes, especialmente de aquella en la que sale Catalina frente a los
> guanacos haciendo el gran-jete.
>
> "Al mirar la foto es como el contraste entre la rudeza de las fuerzas
> armadas y la delicadeza del arte (...). La fotografía no sólo te hace
> reflexionar, también te mueve emociones", manifestó María Paz.
>
> Finalmente y de acuerdo a las reacciones que recibieron una vez publicada
> las imágenes, Morales expresó:"Ninguna foto causó el impacto de violencia
> (...) En el fondo es un mensaje de que yo soy parte de la sociedad, me
> hago presente a través de la fotografía y la danza y es mi forma de tener
> voz; porque puedo marchar, tocar una cacerola, pero mi voz todavía no se
> escucha. Mi imagen es mi forma de expresarme".
>
> El resultado completo de la intervención lo pueden ver en las cuentas de
> Instagram @paz.pachy <https://www.instagram.com/paz.pachy/> y @racso1965
> <https://www.instagram.com/racso1965/?hl=es-la>.
>
> CHILE. ENTRE MADRUGAR Y DESPERTAR.
>
> POR MARTIN HOPENHAYM *
>
>
> Regreso esta noche de miércoles de la Plaza Ñuñoa, probablemente el punto
> más festivo donde tarde a tarde, durante los últimos cinco días, se reúnen
> unas 10,000 personas a protestar, bailar, corear consignas, encontrarse,
> tomar cerveza, fumarse sus porros e imaginar un país distinto. De cada 100,
> 99 son jóvenes entre 18 y 35 años. Esta plaza es uno de los varios puntos
> donde se congrega la juventud desde el viernes pasado, y que hoy
> representan ese Chile súbito, iracundo e insospechado que sin aviso saltó
> desde bajo el asfalto a tomarse Santiago, y en seguida todas las ciudades
> del país.
>
> Ilustración: Patricio Betteo
>
> La consigna que se impuso estos días dice alude a un despertar y connota
> básicamente la exteriorización incontenida de un descontento larvado y
> masivo. Se entona como cántico de fútbol y dice así:
>
> “Ohhhhh, Chile despertó,
> Chile despertó
> Chile despertó
> Chile despertó”.
>
> Ese despertar partió, como suele hacerlo, con una chispa que hoy resulta
> minúscula en relación a la magnitud de la revuelta: el aumento marginal en
> el precio del metro de Santiago que día a día mueve a casi tres millones de
> personas, o el 40% de la población de la capital. Hace menos de dos
> semanas, en protesta por este aumento en la tarifa por un equivalente a
> menos de cinco centavos de dólar, un grupo de estudiantes de la secundaria
> se decidió a emprender un acto simbólico que ellos llamaron, con alguna
> imprecisión conceptual pero clara elocuencia semántica, de “desobediencia
> civil”: saltarse los torniquetes y evadir el pago. Curiosamente no fue el
> boleto estudiantil el que aumentó de precio, pero ellos lo hicieron
> explícitamente en solidaridad con los demás. Primer gesto que despertó, en
> la ciudadanía, un sentimiento de simpatía.
>
> El gobierno la dejó pasar confiando en que sería un acto puntual y de
> rápida evanescencia. Probablemente, muchos pensamos lo mismo. Y al día
> siguiente, fueron más estudiantes. Efecto imitación o efecto viral, como
> queramos llamarlo: esto se multiplicó en toda la red del metro. Y el
> gobierno, supongo, pensó que no hacía falta hacer olas para evitar darle
> prensa e importancia política, limitándose a reforzar la vigilancia en los
> accesos del metro y en torno a los torniquetes.
>
> Este aumento en el costo del billete coincide con aumentos en tarifas
> eléctricas y en muchos productos alimentarios, supuestamente alineados con
> el precio del dólar. Entremedio aparecieron declaraciones de ministros de
> Estado que la gente percibió como una burla, aunque fueran expresados con
> candidez o humor, y sin afán de provocación. El ministro de hacienda
> sugirió, al observar el aumento en el Indice de Precios al Consumidor, que
> los románticos podían aprovechar a comprar flores, producto cuyo precio
> había bajado. El ministro de economía, en otra declaración, mencionó que
> madrugar traía un beneficio complementario, a saber, la opción de
> aprovechar la hora de tarifa baja en el metro.
>
> Todo esto ocurre en un país con algunos rasgos que en este punto vale la
> pena destacar. *Chile tiene hoy un PIB per capita en torno a los 25,000
> dólares anuales, y sólo Panamá puede competir con ese nivel en toda América
> Latina. Hace medio siglo era de los países pobres de la región y hoy es el
> más rico. El índice de pobreza bajó del 40% en 1990 a 8.6% en la última
> medición, en el 2017. La indigencia, o extrema pobreza, bajó en el mismo
> lapso del 20% al 2.8%. Un verdadero milagro. A eso se suma una expansión
> portentosa del consumo, del crédito, de años de escolaridad de nuevas
> generaciones. La expectativa de vida al nacer cruzó el umbral de los 80
> años, también lo más alto en la región y por encima de Estados Unidos. La
> mortalidad infantil es bajísima, los servicios básicos llegan a todos los
> hogares y están desapareciendo los tugurios. Hay democracia, instituciones
> que se respetan, plenas libertades. Hasta aquí, todo muy bien.*
>
> Sigamos con los pormenores de estos días. Al tercer día de esta curiosa
> forma de desobediencia civil, ya no eran solo estudiantes saltándose los
> torniquetes. Se incorporó una masa importante de adultos, y los evasores se
> multiplicaban por hora. La cosa empezó a cambiar de color. Llegaron las
> advertencias gubernamentales sobre la violación de una norma que debía
> parar. Pero estaban, a flor de piel, las declaraciones de los ministros,
> que hacían patente, por más que no fuera la intención, algo que ellos
> ignoraban, pero que había aparecido en un informe sobre desigualdad
> publicado en el 2016 que tuvo bastante resonancia: la desigualdad que más
> irrita a los chilenos no es la de ingresos, *sino la de trato y de salud.*
> Es allí donde más se combina con la *desigual distribución de la dignidad
> de las personas: llega al alma y al cuerpo.*
>
> Y el ánimo comenzó a caldearse en serio. Y de aquí en adelante todo se
> precipitó en una sucesión de medidas de control, por parte del gobierno,
> que sólo lograron atizar una marea que terminaría en tsunami. Primero, se
> cerraron algunas estaciones o accesos al metro como medida preventiva. La
> respuesta de la gente fue, correlativamente, en escalada. Primero
> presionando puertas cerradas. A esa altura la gente empezaba a manifestarse
> en la calle, primero en pequeños grupos pero rápidamente en aumento y
> multiplicando lugares y calles. Más tarde, las presiones a los accesos
> cerrados del metro se convierten en patadas. En esas circunstancias nos
> sorprende el viernes de la semana pasada. Todo había ocurrido en escasos
> cuatro o cinco días. Pero a esa altura se produce una inesperada adhesión
> transversal, espontánea, masiva, al movimiento de la evasión del pago del
> pasaje de metro. Todos miran con entusiasmo e indignación, y el gobierno
> empieza a no entender nada. No capta el efecto metonímico del reclamo y la
> velocidad con que se recarga el significante: de un aumento marginal en la
> tarifa del metro, a la desigualdad histórica vivida como pisoteo a la
> dignidad de las mayorías.
>
> *Retomo ahora la fiesta de los indicadores, para mostrar sus sombras.
> Chile está entre los cinco países con la peor distribución del ingreso de
> América Latina, y es uno de los países con mayor concentración de la
> riqueza en el mundo. Botones de muestra: el 1% más rico detenta el 26.5% de
> la riqueza, y el 10% más rico concentra el 66,5%, mientras el 50% más pobre
> accede a un magro 2.1% de la riqueza del país. Datos fresquitos, del 2017.
> Con un PIB per capita de 25,000 dólares al año, la mitad de los
> trabajadores recibe un sueldo inferior a 400,000 pesos chilenos, que al
> tipo de cambio de hoy equivalen a 550 dólares. Para ellos, el gasto diario
> en locomoción colectiva se come por lo menos el 10% de los ingresos, y eso
> si es que ningún dependiente en la familia se desplaza. Los servicios
> llegan a todos los hogares, pero Chile tiene las tarifas más altas de
> América Latina en electricidad y gas. Los alimentos han tenido una
> inflación que no se refleja en los índices, y hoy tienen precios en los
> supermercados que superan a los de España. En medicamentos, batimos todos
> los récords, quintuplicando en precio a muchos de sus equivalentes en la
> mayoría de los países. Es, probablemente, el país de América Latina que más
> proporción del gasto en educación y salud sale de los bolsillos de la
> gente, lo que produce una segregación brutal en la calidad de los servicios
> y prestaciones.*
>
> A esto se suman algunas gotas que rebasan el vaso, además del aumento en
> la tarifa del metro. El presidente Piñera, un liberal de derecha y
> multimillonario, anunció que en su gobierno se expandiría el consumo. Sin
> embargo, entre la subida del precio del dólar y del petróleo, y la baja en
> el precio del cobre que representa la principal entrada del comercio
> internacional del país, la cosa no fue tan así. Esta combustión del
> consumo, que ha sido la fuente de legitimidad del poder en Chile por
> décadas, perdió ímpetu. *Muchas familias hoy están usando sus tarjetas de
> crédito del retail para comprar alimentos básicos en los supermercados.
> Nunca fue tan alta la deuda en las familias como porcentaje de sus
> ingresos.*
>
> Sí, Chile tiene pocos pobres, pero una proporción enorme de la población
> vive bajo un nivel de estrés brutal, sordo y soterrado, no reconocido pero
> sí percibido cuando se vive aquí y se camina o se toma el metro más allá de
> la zona Oriente de la ciudad. L*os horarios de trabajo semanal efectivo
> superan las 45 horas, el promedio en tiempos de desplazamiento
> casa-trabajo-casa ronda las tres horas diarias para mucha gente (en
> “horarios sardina” que son verdaderos entrenamientos de convivencia
> ampliada), las familias están todas en crisis, y los núcleos de pertenencia
> colectiva bastante pulverizados con un modelo que privilegia el consumo
> familiar y personal como pegamento social. La “modernidad líquida” pegó de
> lleno debilitando vínculos y sentido de futuro Los datos que proveen las
> instituciones de salud son alarmantes respecto de trastornos de salud
> mental, muy especialmente en la infancia y adolescencia pero también en
> adultos mayores. La obesidad aumenta a pasos agigantados, la inseguridad se
> ha convertido en la obsesión de todos, el mundo del trabajo está inundado
> de precariedad o incertidumbre. Muchos viven al límite para llegar a fin de
> mes, expuestos a que una enfermedad catastrófica o una pérdida de empleo
> los exponga a la vulnerabilidad absoluta.*
>
> Retomemos ahora los acontecimientos. El viernes por la tarde empezó la
> explosión. De la desobediencia civil y el apoyo o simpatía de la gente, el
> movimiento se desplaza hacia otros frentes. Sin liderazgos. No hay voceros,
> ni representantes, ni interlocutores frente al gobierno, el Estado, los
> partidos y otras instituciones. Se viraliza y saltan desde todos los
> barrios grupos de jóvenes que se distribuyen entre manifestaciones
> pacíficas, tomas de estaciones de metro, destrucción de la infraestrucutra
> de las estaciones. Aparecen teorías conspirativas aún no confirmadas:
> grupos organizados que salen a la destrucción sistemática de la red de
> metros. Luego empiezan los saqueos a supermercados, las barricadas y los
> incendios. Se mezcla todo: *anarcos*, vándalos, encapuchados, narcos,
> gente que llega tranquilamente en autos y camiones a llevarse del
> supermercado lo que encuentran.
>
> El sábado ya Chile está sumergido en el caos. Dejó de ser el país que era
> una semana antes, tal vez para no volver a serlo. Con violencia y todo, el
> movimiento cuenta con una simpatía amplia. El sonido de las cacerolas
> vacías como símbolo de protesta suena en toda la ciudad, luego en todo el
> país. Saqueos e incendios se replican, como rizomas, reticularmente, en
> todas partes al mismo tiempo.
>
> Sigo con un dato estructural. *Chile tiene una de las pirámides de edades
> más avanzadas de América Latina, junto a los otros países del Cono Sur,
> Cuba y tal vez Costa Rica. Es decir: la proporción de adultos mayores
> aumenta vertiginosamente. Pero por otro lado el sistema privado de
> pensiones y jubilaciones que rige desde la dictadura está mostrando efectos
> letales. Lo que recibe mensualmente como jubilación la gran mayoría de
> pensionados es irrisorio: menos de 300 dólares. Muchos de ellos, menos de
> 200. Todo esto, además, en un país donde hace tiempo se debilitaron los
> lazos familiares que permitían a los ancianos apoyarse en su descendencia,
> siendo cada vez menos hijos por familia (una tasa de fecundidad en 1.8
> hijos por mujer), y cada vez más mujeres en edad media dedicadas a
> trabajar. Muchos jubilados siguen pagando, además, deudas hipotecarias que
> le comen más de la mitad de los ingresos jubilación. Si no paga por unos
> meses, la solución es simple: el banco les remata la vivienda.*
>
> En la otra punta del hilo de clases, los últimos años se regaron con
> escándalos de colusión de dueños de las grandes cadenas farmacéuticas para
> fijar precios de medicamentos, estafas a toda la sociedad en el precio del
> papel higiénico, empresas que financiaron políticos, intercambio de favores
> entre el poder económico y el político en todo el espectro ideológico.
> Bastante más grave, todo esto, que no pagar el crédito hipotecario. Los más
> *bullados*, entre empresarios sorprendidos en pagos de influencias,
> fueron castigados con clases obligatorias de ética: una verdadera
> provocación para el resto de la sociedad que no podía creer cómo se
> distribuyen faltas y sanciones en uno y otro lado. Suma y sigue.
>
> Retomo. El sábado el presidente Piñera declara el Estado de Excepción en
> medio de la confusión que rige en todo el territorio. Con una inflexión de
> voz y brazos casi beata, insiste en reconocer que este es el estallido de
> la desigualdad, tal como ya se ha consagrado en boca de todos, y que
> reconoce que es tiempo de enfrentar este grave problema. Hace un sentido
> mea culpa. Curioso que venga de uno de los hombres más ricos de Chile,
> quien tiene como uno de sus principales puntos programáticos la reducción
> del impuesto a los ricos para fomentar la inversión productiva. Señala,
> también, como gran cosa, que elevará al congreso un proyecto de rápida
> tramitación para revertir el alza en el precio del transporte, en un gesto
> que a esta altura ya resulta irrelevante, considerando que el estallido se
> propagó al cuestionamiento de la desigualdad en la sociedad chilena. Y
> agrega que, en calidad de presidente, y para velar por la seguridad en un
> momento de total alteración del orden y daño a infraestructura de todos los
> chilenos (cosa cierta), se ve obligado a declarar el estado de excepción
> (facultad constitucional), sacar a los militares a la calle, y declarar
> toque de queda por la noche.
>
> ¿Qué pasa entonces? Pasa, simplemente, que la gente sigue en la calle,
> manifestándose, saqueando, incendiando. Unos piden más seguridad y acción
> de policía y ejército, de cara a un vecindario desbordado en saqueos y
> destrucción. Otros empiezan a denunciar los abusos como consecuencia del
> estado de emergencia y la acción de la fuerza pública. Quienes enfrentan
> cara a cara a soldados y policía son jóvenes. No tienen miedo. Los
> enfrentan cara a cara. Nunca conocieron una dictadura. Tienen otra
> conciencia de sus derechos. Están indignados. Por otro lado, el gobierno
> sabe —y la sociedad sabe que el gobierno sabe— que si se pasa de rosca en
> reprimir, la crisis de legitimidad se vuelve irreversible. Transita por una
> delgada cuerda y no quiere caerse. Es casi lo único que quiere: no caerse.
>
> Retomo con consideraciones estructurales. Dije que este es un movimiento
> de jóvenes. Son los jóvenes de esta generación quienes han accedido
> mayoritariamente a la educación superior, tienen cuatro o cinco años más de
> escolaridad que sus padres, pero a la vez padecen las tasas más altas de
> desempleo. Los futuros prometidos se vuelven espejismos. La mentada
> meritocracia se licúa entre redes de influencia, capital cultural y calidad
> de la educación muy segmentados. Son los jóvenes quienes manejan más
> información sobre ellos y sobre como viven los demás, pero esa información
> no les da poder de negociación ni presencia en el mundo político o
> económico. Son los jóvenes idealizados como la generación de la sociedad de
> la información, pero estigmatizados como irresponsables, no dignos de
> confianza, potencialmente anómicos. Son los jóvenes los que crecieron en un
> Chile próspero, pero ven como a poco andar se ven estratificados por
> barrios, sistemas de relaciones, formas de ser tratados por la policía o la
> justicia. Son los jóvenes quienes tendrán que cargar con los costos del
> cambio climático y del envejecimiento de la población. Son los jóvenes los
> que están más dispuestos a arriesgar porque tienen menos y se conforman
> menos.
>
> Quisiera agregar dos consideraciones que se complementan, se tensan, y
> creo que terminan de explicar lo que pueda tener, hasta ahora, de
> explicable este estallido. La primera es que Chile cambió, en tres décadas,
> de manera acelerada. *Un país con una secular cultura del privilegio, y
> con ciudadanos de primera y segunda categoría, generó movilidad social como
> nunca antes, ensanchó su clase media, difundió mayor conciencia sobre
> derechos ciudadanos, incrementó el bienestar general, produjo un salto
> cuántico en años de escolaridad y en conectividad digital. **La segunda
> consideración es que todo eso trajo, también, una espiral de expectativas
> que el mismo progreso alentó, y un sentido distinto sobre los derechos
> propios –y, consecuentemente, progresiva exasperación ante una cultura de
> privilegios que siguió imperando en una parte de la sociedad-. Se sabe que
> la movilidad trae expectativas de movilidad. El “Chile real” acumuló bronca
> porque la democracia no ha sido expediente ni de redistribución del poder
> ni de redistribución de la riqueza. Una cosa es bajar la pobreza, otra es
> reducir la desigualdad. El neoliberalismo apostó siempre a que lo primero
> compensaba holgadamente la postergación de lo segundo. Se equivocó. Y le
> cuesta reconocerlo.*
>
> Volvamos a los acontecimientos recientes. Las medidas de excepción con
> milicos en la calle no frenaron nada. El espiral de protestas, cacerolazos,
> marchas no autorizadas, calles cortadas por todos lados en todas las
> ciudades, saqueos a supermercados, tiendas y farmacias, destrucción
> edilicia, incendios… todo siguió. Los partidos políticos tomaron posiciones
> pero al mismo tiempo solo conversan o pelean entre ellos, abriéndose a
> organizaciones de la sociedad civil consagradas, pero que tampoco
> representan el movimiento en las calles. Cierto, si la protesta no tiene
> líderes: ¿con quién conversar? El gobierno ha dado bastonazos de ciego. El
> peor de todos, la declaración desatinada de Piñera el domingo pasado,
> sugiriendo que estábamos en guerra. Mala cosa. Tuvo que desdecirse antes de
> que las consecuencias se multiplicaran. Luego se la ha pasado pidiendo
> perdón, de su parte y de su gobierno, por la falta de sensibilidad ante las
> seculares desigualdades que ahora estallan como una olla a presión que no
> da más. Ese perdón, más que despertar simpatía, exacerba la indignación:
> ¿perdón ahora, por una desigualdad secular, por falta de sensibilidad, por
> no haberlo reconocido antes?
>
> Finalmente el propio presidente anunció  el martes, al terminar el cuarto
> día de caos y movilizaciones, las reformas que se han decidido de la noche
> a la mañana, en consulta con senadores y diputados, la mitad de los
> partidos, y algunos dirigentes sociales: alzas en pensiones básicas,
> seguros de salud para compensar gastos en medicamentos, aumento de ingreso
> mínimo, contención al aumento de tarifas eléctricas, un impuesto a sectores
> de más recursos, reducción de los altísimos salarios de parlamentarios y en
> la administración pública. En seguida surgen las reacciones: algunos
> entusiastas, muchos cautos, unos pocos críticos. Todos estas opiniones
> vienen de los partidos, el sistema parlamentario, los ministros. Pero falta
> un detalle… ¡la gente!
>
> Escribo el miércoles 31 de octubre, vale decir, estos anuncios fueron
> anoche. Anoche, también, el toque de queda en su tercera jornada empezó a
> mostrar dientes más afilados. La represión se hizo sentir. Hasta el
> mediodía del miércoles, 18 muertos , la mayoría en los propios saqueos.
> Pero ya apareció una víctima fatal por una golpiza de policías y otro por
> disparos. Las redes se embriagan de denuncias, algunas filmadas, pero
> también es cierto que las noticias falsas están a la orden del día y por
> tanto la verdad deja de ser verdad. No es fácil apreciar los hechos
> objetivamente y se está a la espera de los informes del Instituto de
> Derechos Humanos. Al parecer serían, hasta el miércoles, 102 civiles
> heridos, dos por balazos en estado grave, y 95 miembros de fuerzas de
> seguridad lesionados. Las personas arrestadas por disturbios llegaron a
> 2205 y están bajando, y por violación de toque de queda van en 592 los
> detenidos. Las manifestaciones siguen en aumento: se contaron 54 más el
> martes que el lunes, y los participantes se elevaron de 130 a 220 mil.
> Todavía no hay saldo al respecto de hoy miércoles.
>
> Hasta ahora el balance de la destrucción también es enorme. Al mediodía de
> hoy miércoles se contabilizaban 333 supermercados saqueados y 30
> incendiados por completo, 16 buses incendiados, 77 estaciones de metro
> dañadas, de las cuales 41 destruidas parcialmente, 20 incendiadas y con
> daños superiores a los 200 millones de dólares. Gran parte de la red del
> metro, que es vital para el transporte diario en un Santiago cada vez más
> congestionado, tardará meses en repararse.
>
> Chile despertó. No madrugó, como sugirió el ministro de economía, pero
> despertó. Más bien, madrugó al gobierno. Y al despertar, cambió. Hoy en
> Plaza Ñuñoa, entre todas las pancartas una me llamó la atención: “O vamos
> por todo, o no vamos por nada”. Mientras tanto, un grupo de *inmigrantes
> haitianos* llegó con sus bombos y yembés y empezó la fiesta de percusión
> y danza. La alegría se volvió incontenible. De todo hay en esta explosión.
> Un desencanto brutal con toda la clase política, una irritación sin freno
> respecto de la desigualdad que se transforma en ofensa a la dignidad, una
> disposición de la juventud a repensarlo todo. Mientras tanto, parte de esa
> misma clase política, o tecnopolítica, siente vergüenza de que en los
> medios internacionales Chile vuelva a hacer parte de este “vecindario
> incómodo” de países inundados de crisis económicas, políticas, sociales,
> institucionales. ¿Bajará el indicador de confianza en la economía chilena?
> La joyita de la región que exhibe todos sus indicadores de éxito, la
> luminaria de la gobernabilidad, este rincón del mundo estable, prudente y
> pragmático, en fin, la sociedad tranquila y disciplinada, la idiosincracia
> contenida y respetuosa de las normas. ¿Dónde se fue todo con el correr de
> una sola semana?
>
> ¿Qué pasó? En los hechos, más o menos lo que he resumido. En las causas,
> tal vez repartidas en lo que he querido aquí recapitular. La bandera de
> lucha es la desigualdad. En general y en particular. Pero quien sabe qué
> más hay, cuáles son las pulsiones colectivas que se agitan. ¿Porqué de un
> día para otro esta sociedad pasó de su aspereza contenida a la total
> transgresión del orden, dónde estaban estas energías centrífugas la semana
> antepasada, cómo fue que una generación con más oportunidades que las
> precedentes, de repente se convirtió en una masa desbordada, colérica, pero
> a la vez movilizada, crítica, valiente, festiva, dispuesta a todo? No me
> compro las apreciaciones que tienden a poner a esta juventud en el
> casillero estereotipado de millenial, puramente pulsional,  investido con
> pastiches ideológicos atrabiliarios y comportamientos infantiles. No me
> compro, tampoco, las tesis conspirativas.
>
> Me preguntaban hoy en la Plaza Ñuñoa cuál será el desenlace de este
> movimiento y de este estallido si se sigue prolongando. Mi respuesta
> honesta y parca: no tengo la menor idea. No hay cómo estimar la magnitud de
> la grieta, ni de sus consecuencias, ni de su impacto en el ordenamiento
> colectivo y en las políticas. Me preguntaron, también, si el movimiento iba
> a dialogar con los partidos y el gobierno ante las nuevas propuestas
> programáticas. Respondí, encogiéndome de hombros y mirando a la multitud
> bailando al son de los tambores haitianos: ¿y quién, entre todos ellos, se
> sentará a conversar en la próxima mesa de diálogo con la institucionalidad
> política?
>
>
>
> *Martín Hopenhayn
> Filósofo chileno. Magíster en Filosofía de la Universidad de París VII. Ex
> Director División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para
> América Latina y el Caribe (CEPAL)
> Congreso desbocado
>
> Sucede cuando el caballo se hace insensible al freno; cuando se pierde la
> vergüenza o; cuando se toma poder sin moderación. Nunca es algo bueno.
> FECHA DE PUBLICACIÓN: 30-10-19
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> *Por: Gonzalo Marroquín Godoy / Enfoque *
>
> Este Congreso de la República no deja de sorprender. Se ha formado toda
> una pandilla de diputados en torno al oficialismo y, ahora que se saben con
> poder, actúan con prepotencia, arremeten contra cualquiera y aprovechan el
> marasmo que envuelve a la ciudadanía, para hacer de las suyas y consolidar
> un sistema político corrupto, mediocre e incapaz, que es el que nos ha
> llevado al punto en que nos encontramos como Nación.
>
> FCN-Nación, la bancada más tránsfuga, hizo alianza todos estos años con
> los unionistas (PU), Todos, MR, PAN, AC, Fuerza y algunas veces con Creo y
> la UNE. No he visto alguna iniciativa claramente dirigida a mejorar las
> condiciones del país. Se la han pasado cuatro años llevando agua a su
> molino, luchando por mantener la impunidad en Guatemala y haciendo todo
> tipo de negocios con la aprobación de leyes y presupuestos.
>
> Han tenido varios intentos de desbocarse. Uno de ellos ocurrió el 13 de
> septiembre de 2017, cuando 106 diputados –los de las mencionadas bancadas y
> algunos independientes– intentaron aprobar reformas al Código Penal para
> beneficiar a los corruptos y, en su miopía, pero incapacidad sobre todo, no
> se dieron cuenta siquiera que también beneficiaban a muchísimos
> delincuentes que se encuentran en las prisiones por delitos como violación,
> extorsión y otros.
>
> Fue la fuerza de un grupo de ciudadanos, principalmente estudiantes
> universitarios, la que les obligó a dar marcha atrás con semejante abuso al
> legislar descaradamente a favor de la impunidad. A ese frustrado intento se
> le llamó Pacto de Corruptos, pues lo aprobaron diputados, impulsados por
> exfuncionarios y funcionarios –del Gobierno actual– que estaban señalados
> por actos cometidos y sujetos, en algunos casos, a procesos penales.
>
> Pero el lector se preguntará ¿a qué viene esto ahora? Muy sencillo, estos
> bloques legislativos están de nuevo desbocados. Ahora quieren hacer los que
> se les ronca la gana. La CC les dice que no pueden hacer una comisión para
> investigar las acciones de la CICIG y a ellos les pela. Hacen otra bajo el
> nombre de Comisión de la Verdad. En este momento están cocinando un decreto
> para darles indemnización a todos los diputados que no lograron su
> reelección, como si fueran empleados que han sido despedidos.
>
> En realidad ningún servidor público que llega a un cargo por un período de
> tiempo determinado debiera recibir indemnización, pero ya han sentado
> precedente varios magistrados y hasta gobernantes. Ahora quieren hacer lo
> mismo los diputados.
>
> Debieran aprender del gran ejemplo que hace algunos años dio Jorge de León
> Duque, quien se negó a recibir una indemnización, que algunos de sus
> antecesores sí se recetaron.
>
> Es una lástima que esa noticia no haya cobrado más notoriedad en su
> momento, para que ahora sirviera de ejemplo nacional.
>
> No es de extrañar la actitud de estos diputados, porque hay que recordar
> que durante años –algunos de ellos, demasiados– se la han pasado trabajando
> solamente para sus intereses o defendiendo los de particulares.
> Además de desobedecer a la CC con la famosa comisión, quieren traerse al
> pique al Procurador de los Derechos Humanos, convertido en su enemigo –de
> esta trinca infernal– por haber apoyado la lucha contra la corrupción y la
> impunidad. Quieren que ruede su cabeza.
>
> No se trata de Jordán Rodas, se trata de una institución –la PDH– que fue
> concebida para servir de contrapeso en el sistema democrático, defendiendo
> los derechos de los ciudadanos y los abusos del poder. Como no les gusta,
> pues lo quieren quitar. Este nuevo desboque puede provocar reacciones en
> contra de los parlamentarios.
>
> Pareciera que no aprenden. El autoritarismo, la imposición, termina
> molestando al pueblo y las protestas populares brincan alguna vez, como ha
> sucedido en Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Chile, recientemente.
>
> Si a la par de estos desmanes y hasta abusos, se viera al menos un trabajo
> legislativo serio, pues al menos habría cierto equilibrio entre el bien y
> el mal. Pero, por favor ¿qué de bueno ha hecho este Congreso? Ellos –estos
> diputados– se molestan cuando les dicen que forman parte del Pacto de
> Corruptos, pero en la práctica abonan para que se les vea cada vez más de
> esta manera.
>
> En mi ya larga carrera como periodista he visto legislaturas malas –como
> la del período de Jorge Serrano –la depurada–, pero esta se lleva las
> palmas.
>
> Tampoco hay que olvidar que este Congreso es el que se ha negado a
> realizar una auténtica reforma al sistema político –la famosa y maltrecha
> Ley Electoral y de Partidos Políticos– y la que hizo en 2016 terminó siendo
> un mamarracho como algunos pocos anticipamos.
>
> Qué triste ver que cada vez se pierde aquello de sentir orgullo por ser
> diputado. Ahora les dicen dipucacos. Ellos tal vez no se dan cuenta, pero
> la gente les tiene poco respeto y muchos los ven como caballos desbocados…
> pero no caballos pura sangre, que conste.
> Pueblos nuevos un nuevo modelo de desarrollo
>
> ¿Cómo salir de la pobreza y enfrentar problemas integrales a la vez?
> FECHA DE PUBLICACIÓN: 30-10-19
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> *Por: Samuel Pérez-Attías *
>
> La discusión en materia de economía política en Guatemala se mantiene
> atascada en modelos obsoletos que no han mostrado brindar beneficios para
> las mayorías.
>
> Aquí afuera, en el mundo occidental industrializado la discusión es
> distinta. Hace unos días Mervyn King, el ex-Rector del Banco de Inglaterra,
> dio una conferencia en la última reunión anual del FMI  en presencia de
> líderes de países económicamente poderosos. “*El mundo camina como
> sonámbulo hacia una nueva crisis financiera que tendría consecuencias
> devastadoras en el sistema liberal basado en la democracia y los mercados”*.
> Comparto su pensamiento. *El mundo capitalista se quedó sin instrumentos
> para sacar a sus países de una nueva crisis financiera si esta ocurriera
> hoy, pero más que eso, nunca se corrigieron los fallos que llevaron en EE.
> UU. a la crisis del 2008 contagiando al resto del mundo.*
>
> King se preocupa que la demanda agregada a nivel global no responde a los
> estímulos fiscales y monetarios proveídos, y tampoco a la productividad de
> países emergentes como China e India, limitando las posibilidades de
> mejoría en estándares de vida y un crecimiento sostenible para el futuro. *La
> gran desaceleración económica se mantiene. Interesante es observar que en
> las últimas tres décadas, la pobreza extrema medida bajo una línea de
> ingresos de US$1.00 y de US$1.25 por día ha disminuido, pero esas personas
> no han podido superar otras líneas de mejoras en su calidad de vida, como
> la pobreza multidimensional o la pobreza relativa que ha crecido en el
> hemisferio Sur, al igual que niveles de violencia, contaminación, baja
> calidad en servicios públicos y desigualdades sociales. Mientras, los
> ultrarricos a nivel global siguen reduciéndose en número y siguen
> aumentando su riqueza. Un modelo a todas luces insostenible.*
>
> Los retos que enfrenta globalmente la humanidad no pueden pasar
> desapercibidos para países pequeños, vulnerables, dependientes, pobres y
> altamente desiguales como Guatemala. Hoy por hoy, más que una crisis
> financiera, la humanidad entera enfrentamos sin excepción, u*na amenaza
> grave que pone incluso en riesgo existencial a la especie humana, entre
> otras. La urgencia de abordar la destrucción ambiental y las desigualdades
> en ingresos que el modelo ortodoxo provocó es incuestionable.*
>
> He aquí la aparición entonces de una idea oxigenada, que no riñe con el
> marco de economía política sustentada en el mercado, pero que l*e asigna
> un rol activo al Estado*; que respeta la propiedad privada, siempre y
> cuando esta *respete y permita la provisión de bienes públicos,* *se
> limite su abuso y se facilite su acceso*; que busca el progreso a través
> del desarrollo individual pero explora, facilita y permite el desarrollo,
> desde una visión social, localizada y multidiversa en cuanto a los
> objetivos a alcanzar. *En EE. UU. le llaman el “Green New Deal”. Yo le
> llamo el modelo de Pueblos Nuevos para un buen vivir.*
>
> Existen muchas formas y posibilidades de financiar esa nueva propuesta de
> modelo de desarrollo, lo que lo hace económicamente viable, pero también
> existe una convergencia de ideologías que reconocen la emergencia y
> urgencia de actuar cuanto antes en *el rescate del planeta y sus
> diferentes formas de vida, lo que lo hace políticamente factible.*
>
> El tiempo ha llegado. *El año 2024 será decisivo para cambiar de rumbo
> como humanidad, Guatemala siendo un ejemplo para otras naciones y esperanza
> para nuevas generaciones.*
>
> Un nuevo modelo de desarrollo se asoma sin temor y se impone como una
> alternativa fresca, viable y factible para Guatemala. *Pueblos nuevos
> para un buen vivir, el “Green New Deal” para Guatemala.*
> Abismal abandono
>
> *“Por su condición de centralidad económica, la mancha urbana atrae
> población para residir, distribuir, consumir y realizar transacciones
> financieras”’. Rafael Valladares ‘“Área de influencia urbana de ciudad de
> Guatemala”.*
> FECHA DE PUBLICACIÓN: 30-10-19
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> *Por: Edgar Balsells *
>
> El reportaje de Andrea Domínguez publicado en Prensa Libre el pasado lunes
> 26 de octubre y que lleva como título “Abismal abandono en áreas de
> riesgo”, sobre las familias de la zona 5 de la capital y otras áreas que
> viven propensas a derrumbes sí que lo pone a uno a pensar.
>
> El reportaje es acompañado por una paradójica foto de varios individuos
> tratando de salvar de la ley de gravedad la pila de una humilde vivienda
> contigua al barranco y que está a punto de caer al abismo en el techo de
> otra humilde morada construida (si a ello se le puede llamar construcción)
> metros más abajo en pleno barranco. Y es que las familias sin vivienda
> continúan asentándose en áreas de riesgo, como la ladera de la zona 5 que
> es objeto de análisis de periodismo investigativo por Andrea Domínguez.
>
> Se trata de colonias que rodean La Limonada como el Limoncito, El Edén y
> El Administrador, en donde el temor más grande de una entrevistada es el
> cuido de los nietos que deben acudir al baño, junto a una ladera de unos
> diez metros de altura en riesgo de derrumbarse, razón por la cual en las
> obras hormiga de los Cocodes se habla por todos lados de muros perimetrales
> y construcciones improvisadas y de emergencia. Columnistas de tal matutino,
> como el arquitecto Yurrita, han abundado en la carencia de planes de
> ordenamiento urbano por doquier. *Se trata entonces de un país sin
> planificación territorial ni urbana.*
>
> Lejos estamos así de reclamos sociales de más calidad, como los que se
> están dando en el Cono Sur latinoamericano, en donde el ciudadano medio y
> popular ha rebasado esas carencias tipo África subsahariana, y solicitan
> del Estado pensiones y trabajo digno, educación pública de calidad y por
> supuesto salud y asistencia social para la niñez, los adultos mayores,
> discapacitados y demás.
>
> ¿Qué hacer? Como anillo al dedo me cayó un obsequio enviado por Oscar
> Peláez Almengor, director del Centro de Estudios Urbanos y Regionales
> –CEUR– de la Universidad de San Carlos, quien ha apoyado la publicación de
> Luis Rafael Valladares, Investigador de tal Centro, que lleva como título: “*Área
> de influencia urbana de la ciudad de Guatemala: Regionalización y Propuesta
> para la creación del Distrito Metropolitano”. *Resulta ser esta una
> investigación de la serie “Ordenamiento territorial y gestión del riesgo”.
>
> Valladares es candidato a Doctor en Ciencias Sociales y Maestro en
> Ciencias Sociales de mi querida FLACSO, y con estudios en historia e
> ingeniería, y además con Doctorado en Sociología y Ciencias Políticas por
> mi querida Pontificia Universidad de Salamanca. Se encuentra además
> estrechamente ligado a las facultades de Arquitectura e Ingeniería del Alma
> Mater sancarlista.
>
> Luego de sintetizar la teoría del tema, y escudriñar en el proceso de
> metropolización y mancha urbana, se pasa al menudo tema de la
> administración de la misma, la sectorización, administración, y focaliza en
> la única iniciativa de ley discutida en el Congreso, luego de muchos años
> de vigencia de la actual Constitución Política, que se refiere a la
> creación de la *Región Metropolitana.*
>
> Como bien se sabe, la Constitución dicta, sabiamente, que por tratarse de
> una macrocefalia urbana lo que ocurre por estos lares, un tratamiento
> especial de todo corte debe darse a la administración de una región central
> en donde se ubican las mansiones más elegantes, allá por Sauzalito o La
> Cañada, y las más paupérrimas, parecidas a cualquier tugurio de Calcuta o
> Nairobi.
>
> *La iniciativa 1555 fu*e planteada y conocida en el pleno desde el *20 de
> junio de 1996*, con un primer debate en septiembre del mismo año,
> llegando hasta un tercer debate el *30 de abril de 1998.* Se trata de una
> ley tímida que podría invitar a muchas propuestas adicionales que poco han
> motivado al ambiente edilicio y a los preocupados por el urbanismo y
> vecinos metropolitanos.
>
> Resulta interesante, al final de la investigación, observar que la ley fue
> enviada *a consulta a la Corte de Constitucionalidad*, y los magistrados
> de su tiempo vierten recomendaciones incluso más ambiciosas como para que
> la Universidad de San Carlos, con sus facultades de iniciativa de ley, *elaboren
> un proyecto más ambicioso y acorde con los nuevos tiempos de una ciudad
> desbordada en todos sus órdenes.*
>
>
>

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